Desde el 1ero de abril de este año, todas las empresas con más de 100 empleados deben contar con el 1% de trabajadores en situación de discapacidad. Recientemente, el Ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg indicó un balance positivo, ya que informó que 2.869 empresas -de un total de 3.115- han cumplido con la exigencia, lo que significa un 92% de cumplimiento.

De acuerdo al Segundo Estudio Nacional de la Discapacidad, ENDISC II, realizado en 2015 (y que debe repetirse este año), el 16,7% de la población de 2 y más años se encuentra en situación de discapacidad, es decir 2 millones 836 mil 818 personas.

Ante esto, es indudable que como Recursos Humanos son muchos los desafíos por abordar. Esto significa también una oportunidad para que las empresas trabajen en el desarrollo de su marca empleador, asumiendo la inclusión laboral, más que como el cumplimiento de la ley, como una forma de desarrollar una cultura organizacional en la inclusión y la diversidad para el colaborador de hoy.

Sin embargo, la inclusión laboral es una temática que debe abordarse desde distintos frentes para lograr una verdadera diferenciación entre integración e inclusión; estando lo primero enfocado únicamente en las personas en situación de discapacidad, mientras que la verdadera inclusión significa que toda la compañía forme parte de este proceso de cambio cultural.

Para las empresas, las ventajas son muchas, desde convertirse en una empresa con una cultura organizacional actual, alineada con las expectativas con las nuevas generaciones de trabajadores; hasta contar con diversos talentos que, anteriormente, no contaban con espacios dónde desarrollar su potencial.

Esto, requerirá una inversión por parte de la empresa, en capacitaciones, mejoras de infraestructura,  tecnología y campañas de concientización para todas las personas que forman parte de la organización. Las capacitaciones permitirán preparar el camino para la inclusión en la empresa, debe abarcar varios aspectos de la temática como: conceptos, cifras en Chile, lenguaje correcto y cómo la empresa está abordando el tema. Las mejoras en infraestructura requerirán entender el fondo de las distintas discapacidades y niveles de discapacidad existentes, así como los requerimientos para que las personas en situación de discapacidad puedan desarrollar todo su potencial dentro de la organización. El trabajo de concientización con las jefaturas, sin duda, es uno de los mayores desafíos, ya que amerita presentar a los líderes de las distintas áreas de la empresa, los beneficios de contratar a personas en situación de discapacidad, en función de sus conocimientos, experiencia y habilidades, sin tomar en cuenta su situación como una problemática para realizar sus funciones.

Pablo Cabrera, Director Ejecutivo de RPO Chile, comentó que:

“La inclusión ha llegado para quedarse en el mercado laboral y es una gran oportunidad para las empresas para fortalecer su marca empleadora incluyendo a quienes hasta ahora tenían muy pocas posibilidades de desenvolverse en el mundo del trabajo”.

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