La mayoría de las empresas se preocupa de su imagen de marca proyectada hacia los clientes, pero no son muchas las que cuidan su identidad como employer branding o marca empleadora. Es su reputación de cara hacia los propios colaboradores, los ex trabajadores, los posibles candidatos y la sociedad en general, para que todos la identifiquen como un gran lugar para trabajar. 

En una economía digital, de servicios y del conocimiento, el mercado laboral es cada vez más competitivo y la batalla entre empleadores se libra fundamentalmente en el talento de sus trabajadores. Los candidatos hoy en día no solo se preguntan si cumplen con el perfil requerido por la empresa, sino que también si la empresa cumple con sus expectativas. Las organizaciones deben velar entonces por diferenciarse de la competencia para atraer y fidelizar a los mejores. Y eso sólo se puede conseguir contando con una sólida marca empleadora. 

¿En qué consiste?

Se trata de una técnica que aplica herramientas de marketing a la gestión de personas y que, como todos los factores relacionados con una marca, tiene un importante componente emocional al ubicarse en el terreno de las expectativas y las percepciones.

Cada vez más empresas reconocen la importancia de tener una buena reputación como empleadores. Según la última versión del Estudio Latinoamericano sobre Marca Empleadora, el 50% de los encuestados destaca como “muy importante” el fortalecimiento de su employer branding, porcentaje que aumentó 16 puntos con respecto al año anterior, y un 37% señala contar con una estrategia formal para hacerlo. 

¿Cuáles son sus principales ventajas?

Una buena estrategia de marca empleadora sirve para atraer a una mayor cantidad de candidatos por cada oferta, a los mejores y más afines con su cultura organizacional. Además, refuerza el compromiso de sus trabajadores y mejora su employee branding  para convertirlos en sus mejores embajadores. Por otra parte, reduce la rotación de personal, así como el tiempo y costos de contratación. Según el estudio Employer Branding Essentials de LinkedIn, los empleadores que no invierten en su marca empleadora pagan hasta US$4,723 más por empleado contratado. Y la mitad de los candidatos ni siquiera consideraría trabajar para una empresa con una marca empleadora negativa, sin importar cuán alta sea su oferta salarial. 

¿Cómo implementar una buena marca empleadora?

Una buena marca empleadora es un trabajo en equipo que incorpora a Recursos Humanos, Comunicaciones y Marketing. Entre todos se debe definir en primer lugar el propósito, la cultura y los valores de la empresa que se quieren proyectar. A partir de un análisis de la situación actual, se debe diseñar una Propuesta de Valor hacia el Empleado (PVE). Una PVE se constituye por todos los beneficios que la empresa ofrece a sus trabajadores. Estos pueden ser tangibles (salario, formación, horario y flexibilidad) o intangibles (propósito y valores éticos, medioambientales y sociales, realización personal o profesional, y clima laboral). 

Principales acciones a ejecutar

En una marca empleadora atractiva y sólida inciden varios factores: los procesos, la comunicación, los valores, la formación o las nuevas tecnologías. Especial lugar ocupan hoy las redes sociales que se han convertido en el canal de comunicación perfecto para conectar y atraer a los candidatos ideales. 

Para alcanzar la marca empleadora buscada, se deben llevar a cabo determinadas acciones. Algunas recomendaciones son:

  • Consultar a los empleados: qué les pareció la empresa antes de ingresar o cómo fue el proceso de reclutamiento para identificar aspectos percibidos como negativos.
  • Conectar con el público a través de los empleados: convertir a los trabajadores en embajadores de marca para que actúen como sus principales recomendadores. 
  • Establecer objetivos: diseñar una estrategia que ayude a crear un mejor clima laboral y definir la imagen a proyectar dentro y fuera de la empresa.
  • Comunicar la información valiosa: hacer pública información sobre los valores y beneficios sociales de una empresa.
  • Analizar los resultados: a través de indicadores como la retención de talento en la empresa, los candidatos interesados en formar parte de ella o la reputación online de la marca.
  • Trabajar el posicionamiento en Internet y las redes sociales: contar con un sitio corporativo que muestre las líneas del negocio y las políticas empresariales. Publicar noticias sobre la empresa, compartir y comentar noticias del sector. Mantener un perfil actualizado en LinkedIn u otras redes sociales. 
  • Trabajar las políticas de responsabilidad corporativa:  identificar cómo estarán más a gusto los empleados y promover distintos beneficios así como un buen clima laboral.  

En resumen, la reputación de una marca empleadora es fundamental para la estrategia de negocios de una empresa. Es una prioridad para obtener una ventaja competitiva y consolidarse como líderes en sus industrias. Fidelizar al capital humano y potenciar la propuesta de valor es uno de los desafíos clave para cualquier organización que busca mejorar su competitividad.


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