¿Cómo lograr aproximarse lo más posible a la utopía del trabajo ideal? Hoy es posible gracias al Job Crafting o “construcción del trabajo”.

El trabajo perfecto no existe. En todos hay tareas que pueden gustar más que otras u obligaciones que no agradan nada y pueden convertirse en un verdadero peso. Incluso, distintas razones para que no se ajuste completamente a los objetivos, preferencias o necesidades de quien lo realiza.

En Chile, como en el mundo entero, se han modificado también las expectativas respecto al trabajo más allá de la retribución económica. Según un estudio realizado por la consultora Visión Humana, las personas buscan principalmente ser felices en su entorno laboral. Por lo tanto, buscan ocupaciones estimulantes, desafiantes y que aporten a su crecimiento profesional y desarrollo personal.

¿Qué es?

Se trata de una técnica que nació a principios de siglo como respuesta a las nuevas prioridades de los trabajadores y que parte de la base de que cada persona tiene unas características y particularidades únicas. Consiste en un método para que cada trabajador rediseñe su propio puesto de trabajo para ajustarlo a sus aptitudes, cualidades y expectativas. Es un recurso muy poderoso para revitalizar y reinventar la vida laboral de una persona y una gran oportunidad para que las empresas redistribuyan el talento, fomenten el compromiso y hasta logren mejores resultados.

El Job Crafting ha confluido en tres variantes que cambian en función de los aspectos que se pretenden reforzar:

1.- Relational Crafting

Se refiere a la calidad y a la cantidad de interacciones con otros en el trabajo. Se consigue a través de una mayor consciencia de los impactos positivos o negativos que se generan al comunicarse con los demás.

2.- Task Crafting

Dice relación con la elección que el propio trabajador hace de su rutina diaria, quitando tareas o añadiendo otras nuevas. Se hace siempre buscando las fortalezas de cada uno y que sus aptitudes salgan a relucir en las tareas elegidas.

3.- Cognitive Crafting

Apunta a un cambio en la percepción que el empleado tiene de su trabajo y a su re-significación. Se consigue mediante programas formativos que ayudan a los trabajadores a tener una concepción nueva de la misión de la empresa y a sentirse parte de algo más grande. 

Ventajas del Job Crafting

Numerosos son sus beneficios, tanto para las empresas como para sus trabajadores. Según el MIT Sloan Management Review (MIT SMR), el 92% de los entrevistados que aplicaron Job Crafting post-pandemia experimentaron una vida laboral y personal más satisfactoria. Por otra parte, 7 de cada 10 colaboradores que lo aplicaron fueron más productivos en el trabajo en comparación con los que no lo hicieron.

Entre sus principales ventajas, destacan:

  • Aumento de la motivación: cuando un colaborador crea o le encuentra sentido a su trabajo, le da otro valor y se encamina hacia una realización personal y profesional más profunda.
  • Fortalecimiento del compromiso: Con una mayor satisfacción laboral, aumenta el compromiso o engagement de los trabajadores para con su trabajo.
  • Incremento de la productividad: gracias a un importante repunte en el compromiso de los trabajadores, se hacen más productivos y, por lo tanto, mejoran los resultados de las empresas.
  • Sintonía de valores personales y profesionales: esta alineación hace desaparecer la frustración de los empleados con trabajo y los objetivos se alcanzan de forma más eficaz.
  • Mejora del ambiente laboral: cuando los colaboradores sienten un mayor control sobre su vida laboral, se sienten más apreciados, realizados y felices, con lo que disminuyen tensiones, enojos, malos ánimos y el estrés.
  • Atracción y fidelización de talento: los trabajadores más satisfechos con sus trabajos son más propensos a mantenerse en él, disminuyendo fuertemente la rotación de personal.

Cómo hacer Job Crafting en una empresa

No existe una receta única y dependerá de cada empresa y de cada trabajador. Lo que sí, no es sencillo ni se puede esperar una reestructuración organizacional inmediata. Por ello, se deben fijar pequeñas metas de corto, mediano y largo plazo, así como los métodos de control. Facilita el proceso permitir a los empleados hacer un profundo autoanálisis, una suerte de FODA personal que identifique sus fortalezas y preferencias para re diseñar su puesto de trabajo de forma coherente.

Se proponen 3 actividades:

1.- Impulso de la autonomía y el soporte: Algunas personas harán Job Crafting sin importar si se lo permiten o no, por lo que es trascendental que tengan la autonomía y el empoderamiento para adaptar sus descripciones de trabajo y responsabilidades, creando así un trabajo que les sea personalmente significativo, atractivo y satisfactorio.

2.- Comunicación de los objetivos estratégicos:  Cuando un trabajador conoce claramente las metas de una empresa, le da un propósito a su trabajo y siente un nivel de responsabilidad con el éxito organizacional.

3.- Co-construcción de planes de desarrollo: Incluir a los colaboradores en las conversaciones sobre su planeamiento de desarrollo les permiten expresar sus necesidades o preferencias y crear conjuntamente estrategias y herramientas de efectividad.

El Job Crafting produce trabajadores demandantes de mayores niveles de autonomía, de estructuras menos rígidas y de mayores espacios para la creatividad, por lo que exige a las empresas romper con los esquemas organizativos tradicionales. No obstante, resulta una inversión de futuro que permite mejorar las condiciones personales de los trabajadores, así como la productividad e imagen de la empresa.

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